Arcos, un joven con 'colmillo' que supo mover la balanza

El futbolista del Recreativo de Huelva sorprendió con su honestidad al reconocer que la acción del penalti ante el Lorca fue, como mínimo, rigurosa. Con solo 23 años, mostró una madurez e inteligencia impropias de su edad.

En un fútbol donde las declaraciones suelen ir por carriles muy medidos, Antonio Arcos rompió el guion habitual en La Jugada de Canal Sur Radio Huelva. El jugador del Recreativo de Huelva habló con una franqueza poco común, propia de su edad, admitiendo que el penalti señalado a su favor ante el Lorca Deportiva fue como mínimo, riguroso.

La jugada, en apariencia inocua, se convirtió en un punto de inflexión gracias a la picardía del hispalense. Como un ajedrecista que ve dos movimientos por delante, Arcos supo leer la acción dentro del área: detectó que el defensor estiraba el brazo, sintió el leve contacto y lo aprovechó para forzar una decisión arbitral que terminaría siendo clave. "Es verdad que estoy un poco listo. Yo veo que saca el brazo y al final me toca, y lo puede pitar. Tocar me toca, no me toca en la cara, sino en el cuello", explicó sin rodeos.

El jugador natural de Umbrete no eludió responsabilidades. Reconoció que el contacto existió, aunque no fue especialmente fuerte. "Yo podría decir ahora lo que sea, pero creo que ha salido una foto donde se ve que me toca en el cuello y no en la cara. Pero los tres puntos se han quedado en Huelva", añadió.

Arcos contextualizó la jugada dentro de lo que se denomina como el  otro fútbol, ese terreno donde la viveza y la capacidad para sacar ventaja de los pequeños detalles es tan determinante como un buen pase filtrado. "También el otro día le pitaron al Linares un penalti que para mí no deberían haber pitado. A veces son acciones en contra y otras a favor. Es verdad que el rival me toca y si fuera al revés, está claro que me hubiera comido al árbitro", explicó con naturalidad.

Con solo 23 años, Arcos demostró colmillo competitivo y una lectura del juego propia de futbolistas con más recorrido. En un club que en el pasado sufrió arbitrajes muy discutidos, esta vez el Decano pudo verse beneficiado de una decisión polémica, y el joven jugador del Decano fue protagonista de esa acción que decantó el resultado.

La escena posterior también dejó entrever su carácter. "Yo soy un poco de sangre caliente y es verdad que tras pitar penalti el colegiado, uno de ellos se vino hacia mí a insultarme porque pensaba que me había tirado. Pero yo le respondí porque no me voy a quedar callado por mucho que tengan 34 o 35 años" recordó.

Más allá de la jugada, las declaraciones de Arcos revelan un rasgo que no se entrena: la inteligencia competitiva. Supo leer el momento, actuar con astucia y hablar después con sinceridad. Una mezcla poco habitual que confirma que, aunque joven, sabe moverse en el tablero del fútbol con temple y picardía.

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