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La otra mirada del Recre-Marino por Manuel Obel

La plantilla celebra uno de los seis goles en el Nuevo Colombino.

Había que ganar y se ganó, que era lo importante. Aunque Claudio Barragán no quería tildar el encuentro de este sábado de final, lo cierto es que el Decano se jugaba mucho en el envite. No ganar al Marino hubiera podido significar un duro golpe anímico para la plantilla, podrían aparecer las primeras dudas de verdad sobre el equipo y sería una decepción tremenda (otra más) para la ya sufrida afición recreativista.

Se ganó y se convenció. No estoy de acuerdo con aquellos que achacan el resultado final a la debilidad del rival que se tuvo enfrente. De acuerdo que el nivel mostrado por el equipo tinerfeño dejó mucho que desear sobre el verde del Colombino y mucho tendrá que mejorar dicho conjunto para poder luchar siquiera por la permanencia en la que será la próxima temporada la nueva Segunda División RFEF. Pero no es menos cierto que hacer seis goles en un partido hoy día no es nada fácil, y en eso algo tuvo que ver la actitud y la ambición del Decano en el partido del sábado, muy distintas a las mostradas en el partido del domingo pasado en tierras marbellíes.

Al hilo de las sensaciones, ya un poco más pausado y desde la tranquilidad y frialdad que dan los números, y viendo incluso el formato tan peculiar que tiene la competición este año, he llegado a la conclusión de que las mismas ya me dan igual. Este año solo vale ganar, me dan igual el como y me da igual las formas utilizadas para llegar a la victoria. Lo importante es que se gane y se sume de tres en tres. Cuando todo se normalice y volvamos a la liga de 20 equipos, podremos valorarla en su justa medida. Y es que es evidente que cuanto mejor sean dichas sensaciones más cerca se estará de la victoria y de alcanzar la regularidad que todo equipo desea cuando echa a andar el balón. Ganar, ganar y ganar… Como decía bien decía el ‘Sabio de Hortaleza’. Y es que quiero ni pensar que podamos quedarnos fuera de los tres primeros puestos.

Volviendo al partido del sábado, hubo cosas que me gustaron y otras no tanto. Creo que el equipo rinde mucho mejor con el ‘1-4-4-2’ que con cualquier otro sistema. Lo que me sigue ‘chirriando’ es el doble pivote formado por Dani Molina y José Antonio González. Sigo pensando que tiene que jugar uno de los dos, acompañado de otro mediocentro más de corte defensivo, llámese Fran o Alberto Martín, este último si algún día se encuentra disponible para jugar, claro está. Incluso no descartaría para esa posición amoldar a un central para realizar esas labores defensivas que comento. Y por supuesto que Quiles siga jugando en su sitio, como así demostró el onubense con sus goles y buen hacer durante el tiempo que estuvo sobre el césped.

El encuentro del Marino ya es historia y hay que pensar ya en el miércoles en el partido de Bahía Sur. Estamos en la misma tesitura que antes de jugar en Marbella. Es un partido que debe de servir de punto de inflexión y en el que el equipo tiene que mostrar que quiere ser regular. Y dicha regularidad se demuestra en partidos como el de San Fernando.

No se puede perder allí. No sé si podremos ganar, pero lo que tengo claro es que el equipo no se puede venir de vacío de tierras gaditanas. Sumar fuera de casa siempre es positivo, pero si es de tres en tres mucho mejor. Si sumamos fuera y hacemos del Colombino un feudo inexpugnable para los rivales, se puede pensar en cotas altas. Es cuestión de ser regulares. Pero que rápido y fácil se dice y que complicado y difícil llevarlo a cabo.

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