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Bouba Barry, una lección de vida y de humildad

Una lección de vida. El nuevo jugador del Recreativo de Huelva, Bouba Barry, ha tenido que sortear muchas dificultades para llegar donde está y ser el jugador que es, a pesar de su juventud. El futbolista guineano ha sido uno de las muchas personas que se juegan la vida en África para llegar a esa tierra prometida que es Europa.

En una emotiva entrevista concedida al programa ‘La Prórroga’ de Huelva TV, el jugador albiazul explicó que «mi vida era un poco regular y por eso estoy aquí, para conseguir algo y poder ayudar a mi familia. Por eso decidí salir en 2018 con algunos compañeros y amigos para venir a España. No fue fácil porque hemos sufrido mucho por el camino. Eso por desgracia es así, hay que sufrir mucho para conseguir las cosas, yo creo que es normal para la gente como nosotros, de África. Tenemos pocas cosas y queremos venir aquí para conseguir un sueño más grande».

«Nosotros lo tuvimos claro desde el principio. Veníamos pensándolo desde hace mucho tiempo porque no teníamos dinero ni muchas otras cosas. El poco dinero que conseguimos para salir del país lo utilizamos para buscarnos la vida. Lo más difícil era salir del país, pero una vez lo conseguimos nos teníamos que buscar la vida como pudiéramos. Eso es lo que hemos hecho hasta poder llegar a España».

Vivió una auténtica odisea para poder llegar a España, un privilegio que muchos de sus amigos y compañeros no pudieron lograr. «Todavía tengo amigos en Argelia y llevan allí muchos años, y todavía no han conseguido llegar a España. Me levanté un día y conseguí salir de Guinea. Fue duro para mi familia porque ellos no sabían nada, ya que no me habrían dejado irme en caso de saberlo. Tuve que esconderme y hacer el camino, primero a Argelia, luego a Marruecos y por último a España. Fue muy complicado, estábamos sin dinero y teníamos que pedir limosna en la calle o hacer cualquier trabajo para que te den un poco de dinero. Pero en mi caso, como yo era el más pequeño de todos, la gente me ayudaba un poco. No tenía tanta fuerza para desarrollar un trabajo duro y por eso me ayudaban. Yo seguía a la gente sin saber donde iba. De Guinea fuimos a Mali y allí había coches que iban hasta Argelia, y si te puedes esconder para coger un coche, lo haces y te vas de polizón. En Argelia había que pasar el desierto, algo muy peligroso y llegar a Marruecos fue otra ‘aventura’. Todo el rato tenías que esconderte porque la policía de Argelia cuando te coge, te manda de Guinea de nuevo. Es muy complicado», aseguró.

Bouba reconoció que el duro viaje que realizo «vas con mucho miedo, pero al final el miedo se convierte en una cosa rara. Ahí el miedo no te sirve porque si tienes miedo ya estás muerto. Hay que ser más valiente para conseguir las cosas. En Marruecos fue todo muy duro. La policía nos perseguía todo el día. Nosotros nos levantábamos a las cinco de la madrugada para subir a la montaña porque si te coge la policía, te pega. Entonces, había que subir a la montaña para que no te viera la policía y a veces venían con helicópteros a perseguirnos. Pero no podían hacer mucho, éramos muchos y corríamos por todos lados. Todo eso fue muy duro».

Más duro aún fue la experiencia de cruzar el Mediterráneo en una patera. «Si tienes suerte puedes dar con gente buena que sabe conducirla, pero si no tienes suerte no sabes a donde vas. Nosotros nos embarcamos sabiendo donde estaba España, pero luego hay mucha gente que se pierde en el mar y se muere. O se llevan una semana en el mar sin encontrar una salida y resulta que va para otro país. Es complicado. Pero gracias a Dios nosotros hemos tenido la suerte de conseguir llegar a España», detalló emocionado. «Creo que éramos 34 personas, una mujer y 33 hombres. Nosotros salimos desde Nador, en Marruecos, a las cinco de la madrugada y no llegamos a Almería hasta las siete de la tarde. Lo conseguimos gracias a que en el mar nos salvó una empresa que se llama ‘Salvamento Marítimo’. Gracias que nos salvaron y nos llevaron a Almería, llegamos casi de noche y nos encerraron tres días en el puerto. Y luego desde Almería nos mandaron a Tarifa, en Cádiz. Era una especie de centro de detención, dentro del mar y ahí estuvimos seis días», explicó.

El nuevo futbolista del Recre quiso mandar un mensaje a los jóvenes españoles. No dudó en decir que «aquí se vive bien porque la gente tiene de todo y no saben valorar. Yo he tenido muchos compañeros blancos que sus padres le hacen todo hasta que tengan 30 años y nosotros en África nos tenemos que buscar la vida desde pequeños. Ya con 11 o 12 años ves que tus padres no tienen nada y hay que ayudar a la familia. Y aquí pasa al contrario, pueden entrenar, estar en casa, comer y tu madre te pone todo por delante… Es una maravilla, nosotros por desgracia no tenemos eso. Yo estoy viviendo solo en Huelva y cuando termino de entrenar, tengo que hacer la comida, limpiar mi ropa y la casa. Tengo mi novia, que me ayuda, pero está en Cádiz. En ese aspecto tienen mucha suerte de tener a sus padres que les dan dinero y te llevan a todos lados. Hay que valorar lo que tienes».

Su sueño, ser futbolista en Europa.

A nivel deportivo, sus inicios en España también fueron complicados. «Yo desde siempre he soñado con ser futbolista profesional. En mi país yo siempre jugaba mucho en mi barrio y la gente me decía que era bueno, pero nunca quise jugar en mi país porque no veía mucho futuro. En Europa todo era mejor y no me lo pensé. Todo el mundo sueña con venir a Europa. Cuando llegué a Cádiz, estuve estudiando en un centro que se llamaba ‘Asociación Cardjin’, donde me ayudaron mucho. Yo jugaba al fútbol-sala y un hombre que iba mucho a grabarnos en vídeo, mi amigo Álex, él empezó a regalarme camisetas y empezó a hablar con la gente del Tartessos para que me buscaran algo y creo que hablaron con el Cádiz de fútbol-sala para hacer una prueba. Me dio la equipación y zapatillas y fui a hacer las pruebas. Me querían coger, pero yo quería jugar en fútbol-11. Estuve en contacto con un entrenador, Paco y empecé a entrenar en el Juvenil C del Cádiz. Estuve entrenando un año sin competir, todo un año. El Cádiz me ayudó mucho», comentó.

Recuerda con ilusión «el poder entrenar con el primer equipo del Cádiz, con Álvaro Cervera, que fue una vivencia muy bonita. Que una persona como yo, que vengo de África, esté entrenando en un equipo de Segunda A, era una maravilla. Es un recuerdo muy bonito. Veía a la gente que salía en televisión, entrenando con ellos… Me quedé sorprendido. Seguí trabajando para conseguir una plaza, pero no pudo ser. Hasta mi primer partido contra el Betis, en el Juvenil A, no pude jugar porque mis papeles no estaban arreglados».

«En mi familia están muy contentos, orgullosos de mí. Ellos saben lo que he hecho, no es fácil. Gente que no puede salir de su país, que lo haya conseguido tan joven y hacer lo que estoy haciendo», se congratuló.

Preguntado por su anterior etapa en el Salamanca UDS, Bouba dijo que «no fue del todo bien. No estaba jugando mucho y son cosas que nunca me habían pasado en la vida. No me gusta sentarme en el banquillo porque las dos temporadas que he jugado, en el Juvenil A del Cádiz y Los Barrios, nunca lo había hecho. En Salamanca empecé como suplente, jugando 10 o 15 minutos, eso me estaba matando por dentro. Tuve que ser más fuerte de mente, pero al final no fue el caso. La verdad es que no fue una buena experiencia porque me gusta jugar, necesito jugar al fútbol y me gusta. Pero si me veo en el banquillo, me mata».

Su llegada a Huelva.

También habló de su nueva aventura futbolística, ahora en el Recreativo de Huelva. «Mis representantes hablaron con el Recreativo y les doy las gracias. Aquí estoy muy contento con los compañeros, me han recibido muy bien», explicó. «Conozco a compañeros, con Diawara estuvimos juntos en Los Barrios y con Peter estuvimos entrenando en el Cádiz B, lo conozco un poco también».

Del equipo dijo verlo «muy bien, con muchas ganas y confianza. El entrenador es muy buena gente». Ya este pasado domingo tuvo la oportunidad de entrar en convocatoria, aunque aún no ha podido debutar. «Yo lo que voy a hacer es seguir trabajando y luego que el míster decida lo que considere oportuno. Yo voy a entrenar fuerte y a esperar mi oportunidad», explicó.

También habló de sus ídolos, reconociendo que «a mí me gusta mucho Messi y Neymar, desde siempre».

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