Chuli y la anécdota que lo retrata como recreativista de cuna

El exdelantero onubense recordó que durante la pandemia rebajó su salario en casi 30.000 euros a cambio de que él y su hija fueran socios vitalicios del Recreativo. Chuli confesó la espina clavada de su último regreso al club, aunque celebra con "envidia sana" que su amigo Bonaque disfrute ahora de una etapa ilusionante.

El debut liguero del Recreativo de Huelva ante el Almería B trajo consigo una historia que refleja que el amor por un club se demuestra con hechos y no palabras. El protagonista fue el exalbiazul Chuli, formado en la cantera recreativista y recién retirado, que recordó una anécdota personal que lo define como recreativista auténtico, más allá de su trayectoria profesional.

"Mi hija y yo, socios vitalicios del Recre"

El onubense ya aportó en su día su granito de arena en la campaña de salvación y ahora, durante la retransmisión del partido con Miguel Barroso de HUELVAFM, relató que en el año de la pandemia, cuando los clubes atravesaban serias dificultades económicas, renunció a una parte muy importante de su salario para aliviar la situación del club. Aquella rebaja rondó los 30.000 euros y Chuli no puso impedimentos, solo un gesto sentimental.

"Soy recreativista desde que nací. El año del Covid llegué a un acuerdo con el club para reducir mi ficha, mi salario, porque todos los clubes estaban en apuros y los que más cobrábamos en ese momento hicimos ese esfuerzo para ayudar al Recre. Fue una rebaja bastante importante y solo pedí una pequeña condición, que mi hija y yo fuéramos socios vitalicios del Real Club Recreativo de Huelva. Yo por ayudar al equipo se me ocurrió eso porque ya mi intención era la de ser socio. Mi hija ya era abonada del Recre desde que nació y es más, perdimos el número al hacer el cambio. Entiendo que al club no le supone nada, dos carnets de socios y tenía claro que quería ser abonado del Recre en la categoría que estuviera", explicó.

Un detalle que habla de compromiso y de identidad. Más allá de categorías o resultados, Chuli quiso garantizar que su familia seguiría ligada al club de su vida para siempre.

La espina clavada de su último regreso

En su reflexión, también reconoció que su vuelta al Recre no tuvo el final soñado. "Cuando volví al Recre fue todo fatídico y es algo que me gustaría borrar de mi carrera. Es lo que me gustaría borrar de mi carrera, que se hubiera dado de otra manera", lamentó.

Aun así, mantiene intacta la ilusión por lo que vive ahora la plantilla, donde se encuentra un viejo compañero como Bonaque. "Desde la lejanía de Almería no pude seguir la pretemporada como me gustaría. No conozco a todos los que están en la plantilla, pero sí he tenido compañeros y gente con la que me he enfrentado. Me gusta lo que veo y que mi amigo Bonaque esté ahí, que empezamos juntos. Somos de la misma quinta y verlo ahí me da hasta envidia sana. Me hubiera gustado a mí vivir ese final. Mi final se ha dado como se ha dado, pero me alegro muchísimo por él. Le escribí personalmente y se lo dije, que disfrutara porque iba a vivir algo muy especial", señaló.

La anécdota de Chuli, que pidió ser socio vitalicio a cambio de un gesto de ayuda económica, lo dibuja como lo que siempre ha sido: un recreativista de cuna, de sentimiento y de familia. Retirado de los terrenos de juego, su compromiso con el Decano permanece intacto, convertido ya en una historia que trasciende más allá del fútbol.

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