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Herir el orgullo de la plantilla como última vía para la reacción

Once inicial del Recreativo

Carlos Pouso volvió a mostrarse meridianamente claro en su discurso sobre los males del equipo. Ya avisó días atrás que había identificado la ‘enfermedad’ que maniataba al Recreativo y que esperaba acertar con la ‘medicina’. Todo pasa por señalar a los jugadores desde la crítica y la exigencia, no con ánimo de hundirles más, sino para que lo tomen como un acicate para la reacción en los partidos que restan. Es lo que se desprenden de sus declaraciones, sinceras y sin las habituales excusas que se encuentran en el mundo del fútbol.

El entrenador del Decano habló ayer en el programa ‘La Prórroga’ de Huelva TV de todo ellos, asegurando que «yo voy de frente y digo las cosas como hay que decirlas. A veces soy duro, pero ya no puedo cambiar. No es cuestión de edad ni de experiencia. Es cuestión de mirar a los ojos a la gente. No puedo disculpar lo que no tiene disculpa ni poner paños calientes. Me duele decir estas cosas porque me gustaría que la situación fuera de otra manera, pero al final la situación es la que es. Si llega a ir todo de maravilla, no estaría yo porque habría seguido Claudio. Todos tenemos que ser responsables, creo que ellos lo son y con lo que tengo que jugar es con ese nivel de no rebasar el vaso. En ciertos momentos vaciarlo con una pajita, para luego volverlo a llenar sin desbordar. Y tratar de acertar, que es lo fundamental«. «Hay que dar la cara cuando hay que darla y como máximo responsable de la plantilla con mi discurso puedo ilusionar, hundir, fulminar a la gente… Lo que no podemos hacer es escondernos en las derrotas. No podemos ser eso«, aseveró.

Del pasado partido ante el Ejido quiso dejar claro que «cuando dije que ha faltado actitud no es porque no quieran, es porque no pueden. Hay veces que no te dan las piernas. Seguramente venga todo de la cabeza. Me gustaría poner imágenes a la gente para que vieran que lo que digo no es mentira. Hoy han entrenado la gente que no juega y tenían que estar enfadados conmigo, y ha sido para felicitarles. Durante la semana el trabajo sale perfecto y nada queda en el tintero. Pero luego llega el examen y suspendemos. O algo estamos haciendo mal, o la gente quiere, pero no puede. Algo estaré haciendo mal y me estaré equivocando, pero yo veo más bloqueo mental de mis jugadores por el propio miedo a fallar«.

No dudó en señalar a algunos jugadores, de los que no dio nombres. «Acabé muy enfadado y en especial con algún futbolista. No daré nombres, pero hay gente que puede aportar más. Y más allá del bloqueo mental, tiene que exigirse más consigo mismo. Yo no voy a exigir que sean el guerrero del antifaz, pero cuando no salen las cosas, o se inhiben, o no se muestran o no se impliquen en el trabajo defensivo. Tanto que presumen que esta plantilla es una familia, si veo a un hermano jodido le tengo que ayudar y al que veo que nos está dejando le tenemos que tirar de una oreja porque se está descarrilando y nos está hundiendo. A ellos les falta diálogo y crítica en general. No solo vale con lo que diga el entrenador, ellos en el grupo tienen que ser más sinceros. Porque sin son tan amigos, luego hay amigos que te das la espalda y te roban la novia. Parecen amigos… Pero eso en Euskadi se llaman ‘amigotes’. No es lo mismo ser amigo, que es el que te echa una mano, te ayuda y sufre por ti, el que te aúpa en los momentos jodidos, que el ‘amigote’ que cuando tienes un duro va a compartirlo contigo y si no lo tienes no te hace caso. Por eso digo que, si ellos tienen capacidad de analizarse a ellos mismos, les va a dar fortaleza«.

«El equipo entrena bien, lo que le cuesta es competir bien. Le ha costado antes y le está costando conmigo. Es posible que haya una especia de exceso de responsabilidad, un rollo de la que estamos liando… Si no somos capaces de quitar esa mochila con esas piedras tan pensadas de dentro, va a ser mucho más difícil. No son niños, pero estamos cometiendo errores groseros. Nosotros habíamos trabajado el partido y los puntos fuertes del rival, pero cometemos esos errores por lo que sea. No creo que la gente no quiera… Es por bloqueo metal, por situación, por ese pequeño sabotaje que tenemos todos interiormente no están siendo capaces, a nivel individual que no están siendo capaces cada uno de dar lo mejor de sí para aportar al colectivo lo que necesita. Desde el primer día vi que el equipo hacía cosas bien, pero no era un grupo sólido. Tenemos que buscar esa estabilidad, que yo de momento no estoy siendo capaz de conseguirlo«, reconoció.

Volvió a señalar el serio problema que tienen sus jugadores con las redes sociales y como les afectan. «El tema de las redes sociales es complejo. Los futbolistas están muy metidos, pero lo mismo que te aúpan te pueden dar por todos lados sin saber muy bien quién es, con un pseudónimo que al final se pican, se meten en un bucle y eso no es bueno. Me dicen que lo manejan, pero no lo manejan. Es como el que toma una rayita de Cocaína y dice que lo puede controlar, pero al final le termina atrapando. Y hay mucha gente hoy en día que está atrapado en ese bucle de las redes sociales. Y eso no es bueno, te descentra. Seguro que por decir esto algunos me estarán machacando y otros alabando por ser sincero… Da igual, lo que necesitamos es ganar y encontrar la fórmula para ganar y eso al final es lo que te va a dar cierta calma y estabilidad. Pero hay cosas que al final se magnifican mucho con estos temas y los chicos tienen familia, y ahora cualquiera te puede dar fuerte. Y no me refiero a una crítica tras hacer un mal partido, que eso se asume como profesional, sino a lo típico que suelen decir en estos casos, de que no hacen buena vida, que uno le quita la novia al otro… Las cosas habituales que pasan cuando un equipo no va bien. Que si salen y luego el equipo gana son unos machos, pero si pierden son unos borrachos. Son personas que lo pasan mal porque ven sufrir a su familia«, lamentó.

«No superaría en la vida que mandáramos a trabajadores del club al paro»

También se mostró duro con sus jugadores y consigo mismo, si finalmente no se pudiera evitar el descenso a la Tercera RFEF, y no dudó en remarcar que es de justicia no pedir nada la afición. «Para mí no conseguir los objetivos siempre es fracaso y no hay que disfrazarlo con otra palabra. A la afición no podemos pedirles nada. Les hemos dado tan poco, que me parece una falta de respeto y de ética moral por mi parte el que le pidamos a la gente que nos anime y que venga. Somos nosotros con nuestro esfuerzo y con nuestra actitud y aptitud, los que tenemos que convencerles de que se puede creer en nosotros. No puedo prometer nada, pero sí que me voy a dejar la piel por el Recreativo. Si no, no habría venido, se llame Recreativo o Liverpool. Yo estoy aislado de lo que se dice, pero entiendo que están muy enfadados con nosotros. Normal, somos culpables. Yo llego aquí 15 días y me siento ya culpable, hemos perdido los dos partidos conmigo. Por eso no puedo pedir nada. Solo salir y demostrar. Yo no pienso en mí, pienso en el responsable del campo, en el Jefe de Prensa que seguramente no haga falta en Tercera, en el utillero que pedirá la cuenta, en Manolo Pedraza que con 60 años se vea en el paro después de 40 años en el club… Se lo he dicho a ellos. Yo no quiero que le peguen ostias a nadie, pero están relativamente respetados cuando han dado ostias a los entrenadores, me las van a dar a mí, todos vamos a acabar con esos puestos de trabajo y con el futuro del club, que creo que es halagüeño porque un club de la historia de este y con 8.500 abonados no se puede morir nunca. Me parece triste que yo contribuya a estar en la foto del descenso y en mandar a gente más digna de la ostia al paro. No lo superaría en mi vida«.

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