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La otra mirada del Recre-Sanluqueño por Manuel Obel

Seth fue el jugador decisivo en el área contraria.

Llegaba el Recre al Nuevo Colombino después de más de un mes sin jugar y con el peso de la duda razonable sobre como reaccionaría el equipo ante las numerosas vicisitudes deportivas y
extradeportivas surgidas en este espacio de tiempo. Hace poco manifesté que debido a las alturas de campeonato en la que nos encontrábamos y las peculiaridades que tenía el mismo este año, tengo claro que a estas alturas las sensaciones ya me daban igual. Jugar bien, mal o regular me daba igual. Aquí lo importante era sumar de tres en tres y eso es lo que hoy se ha conseguido, tres puntos de oro que deben de servir para dotar al grupo de la confianza necesaria para encarar el próximo partido en el campo del líder y para que se calme el ambiente en el entorno recreativista.

Una vez más, todos deberemos volver a remar en la misma dirección, a pesar de que la afición, de la cual soy partícipe, se encuentra desencantada y molesta por como se han vuelto hacer las cosas este año a nivel deportivo e institucional. Pero aquí lo que importa es el escudo y la entidad, y por ambos, no me cabe la mayor duda, que estaremos dando el apoyo necesario al equipo. Como siempre se ha hecho.

En cuanto al partido en sí y lo que pudo verse sobre el verde, en el cómputo global no he visto gran diferencia respecto a encuentros anteriores. Un nuevo once (otra vez), un primer tiempo que ya hemos visto muchas veces y el último cuarto de hora final donde si ha sido todo distinto. Se vio un equipo con ansias de ganar, que fue de inicio al todo por el todo, pero que a la hora de la verdad no creó demasiado peligro. Eso sí, supo jugar en campo contrario todo ese tiempo, embotellando a un Sanluqueño que no sabía/podía salir de su área y así fue como llegó el gol de Seth en las postrimerías del encuentro… ¡Quién sino!

El canario podrá estar más o menos acertado, pero en entrega, garra y honestidad no le gana nadie. Con esto se demuestra que cuando se va a por el partido de verdad, las posibilidades de victoria aumentan considerablemente. Y mucho de esto nos ha faltado hasta la fecha. En definitiva, que los árboles no nos impidan ver el bosque. Hay mucho que mejorar todavía y esperemos que sea a la mayor inmediatez, ya que aunque parezca mentira, ya hemos entrado en el típico dicho futbolístico que dice que «todo se decide en las últimas ocho o nueve jornadas». E insisto, muy contento por la victoria, pero teniendo claro que ya me da igual como se llegue a ella.

Debemos seguir ganando sea como sea, para intentar por todos los medios que esta temporada no sea recordada como la del fracaso por no poder meternos en la Primera División RFEF, con todo lo que eso conllevaría para la institución decana.

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