El centrocampista albiazul, en rueda de prensa, llamó a la tranquilidad, mostrando su confianza plena en el grupo y en Pedro Morilla antes de visitar a La Unión Atlético.
El Recreativo de Huelva afronta una semana clave para recuperar sensaciones tras la derrota ante el Xerez. En la previa del partido frente a La Unión Atlético, el centrocampista onubense Antonio Domínguez ha sido la voz del vestuario, transmitiendo calma, autocrítica y confianza en el grupo y en el técnico Pedro Morilla.
«Ya estamos centrados en la semana, porque al final no queda otra. El fútbol cada fin de semana te da una oportunidad nueva. No podemos bajar los brazos, está clarísimo. El partido pasado todo el mundo quería ganar, no se dio. Lo perdimos al final en un error y nada, ahora ya preparando el partido de La Unión, la gente muy metida, muy centrada en que fuera de casa estamos siendo quizás un poquito más fuertes que en casa y nada, apretar y seguir para seguir en la pelea», comenzó explicando el capitán albiazul, que quiso pasar página y mirar hacia adelante.
Respecto a la tensión que se generó en rueda de prensa tras el último encuentro y las reacciones posteriores, Domínguez se mostró prudente. «Sinceramente, yo es que también estoy un poco fuera, no sé qué pasó en la rueda de prensa, me estoy enterando ahora por ti. No suelo ni escuchar al míster, ni al del otro equipo. Sabemos que estamos en el Recre, sabemos la presión y el objetivo tan claro que hay. Tenemos que evadirnos un poco y pensar en entrenamiento, entrenamiento, pensar en el partido del fin de semana y luego a partir de ahí… intentar estar a dos partidos seguidos consiguiendo los tres puntos o por lo menos dar una buena imagen», apuntó.
El jugador puntaumbrieño reconoció que, tras volver a ver el encuentro ante el Xerez, la sensación fue diferente: «Yo creo que el partido no fue tan malo. Te vas con la sensación de que te ganan en el último minuto y que, joder, macho, qué mal lo hemos hecho… Pero luego me vi el partido y sinceramente no me dio la sensación de que fuera tan malo. Creo que tenemos que estar centrados, tener calma y no pensar más allá de lo que en realidad no hay».
Sobre los errores que están costando puntos, insistió en que se trata de pequeños matices: «Son detalles, son pequeños detalles y hay que pulirlos. Estamos trabajando muchísimo, quizás más que en pretemporada incluso. Es cuestión de un minuto. Es la acción de Paolo que tiene para marcar el 2-1 y la siguiente es un balón que perdemos y nos hacen el gol. Es cuestión de un minuto. Tenemos que seguir trabajando muy, muy duro, porque esos detalles te dan estar arriba o en mitad de la tabla».
El mediocampista albiazul mantiene una visión optimista del futuro: «Yo creo muchísimo en este grupo. En pretemporada lo estábamos haciendo de maravilla, llegábamos con peligro. Ahora llegamos, pero sin esa sensación de peligro, sin el último pase. Tenemos que mejorar en tres cuartos hacia arriba. En cuanto volvamos a tomar buenas decisiones arriba, los partidos se van a sacar adelante».
También reflexionó sobre la diferencia entre el rendimiento fuera y dentro del Colombino, y sobre la dificultad emocional que implica jugar en casa. «Jugar en el Recre es difícil y se nota. Quizá sea un periodo de adaptación. Cuando ves que fallas el último pase se nota ese murmullo, pero creo que es más de nuestra parte que del aficionado. Tras el golazo de Leo, yo pensé que íbamos a remontar. Pero entra esa incertidumbre, no conseguimos marcar, y ahí es donde tenemos que mejorar».
El onubense ahondó en esa sensación de ansiedad que el equipo debe controlar: «Creo que más que nada es poder tener esa tranquilidad de que el partido se puede ganar en el minuto uno, pero puedes marcar también en el setenta. No frustrarte porque en el minuto sesenta vayas 0-0. Hay que ir pegando martillazo a martillazo hasta tumbar la pared. Estamos notando ese nerviosismo, que apretamos, pero no entra el balón. Y eso nos está jugando en contra».
Preguntado por cómo se gestiona esa tensión, Domínguez fue claro: «No es que se trabaje el superar ese nerviosismo, porque el murmullo existe en todos los estadios. Aquí la afición anima muchísimo y no podemos poner ninguna pega. Es más nuestra presión por querer demostrar más. Hay que saber dónde estamos y la importancia de ganar en casa. Quizás haya que dar más y punto, no queda otra».
El manejo de la presión y apoyo al entrenador
Sobre los goles encajados, reiteró la importancia de los detalles: «Son jugadas muy concretas. El otro día nos marcan dos goles de nada, las dos únicas que tienen. Pero así es el fútbol. Seguimos trabajando muchísimo para pulir esos detalles y estar metidos hasta el final».
En cuanto a la posibilidad de recurrir a la ayuda psicológica para combatir el nerviosismo o exceso de responsabilidad, se mostró abierto: «Puede ser que lo necesitemos. La psicología se ha puesto muy de moda y es respetable. Nosotros intentamos trabajarlo en el campo, puliendo detalles que te dan partidos o puntos. Estamos trabajando durísimo porque sabemos el partido tan difícil que nos espera».
Domínguez quiso también respaldar a su entrenador, Pedro Morilla, en medio de los rumores sobre su continuidad. A este respecto, aseguró que «al míster yo lo veo con ganas y con ilusión, igual que a todo el mundo. Es un privilegiado ser el entrenador del Recre. Lo veo con muchísimas ganas de darle la vuelta a la situación y de hacernos fuertes en casa, porque fuera se han conseguido mejores resultados. Estoy seguro de que traeremos una alegría».
Por último, habló de su propio estado físico tras las molestias en la rodilla: «Me encuentro bien. Es cierto que la tarjeta temprana me mermó un poco, pero me sentí bastante bien. Pasé unos dolores complicados, pero fue un golpe pasajero y ya estoy al 100%. Trabajando durísimo para el partido del domingo y ojalá podamos conseguir los tres puntos.
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