El exentrenador del Decano habló en el podcast ‘Kiroleros’ sobre su paso por el club albiazul, la presión del entorno y cómo vivió su destitución tras solo dos derrotas consecutivas.
Íñigo Vélez ha roto su silencio sobre su etapa en el banquillo del Recreativo de Huelva. El técnico vasco, que dirigió al Decano tras el cese de Abel Gómez, ha repasado su experiencia en el club onubense en una entrevista concedida al podcast deportivo ‘Kiroleros’, en la que no ha escondido su decepción por cómo se produjo su salida en la recta final de la temporada, pero al mismo tiempo ha dejado claro que se marchó con la conciencia tranquila.
«En el Recre estuve muy a gusto. Me fui tranquilo porque perdí dos partidos y me fui a la calle. Es que el fútbol es así», afirmó Íñigo, quien llegó al Decano en un momento de dificultad clasificatoria con la misión de enderezar el rumbo. «Confiaba en sacarlo adelante. Ganamos en total tres partidos y tuvimos en tres ocasiones la oportunidad de empalmar dos victorias, y lo tuvimos cerca. En una no metimos, en otra nos expulsaron… Era un año en el que no conseguíamos arrancar», lamentó.
Pese a que los resultados no acompañaron, Vélez cree que la situación era salvable: «Me jodió porque creo que lo pude haber sacado adelante, pese a que el equipo… Es verdad que tanto el entrenador como el siguiente los números han sido… Era difícil».
Sobre su despido, fue claro: «Estoy tranquilo. Es cierto que me fui jodido porque creía que lo podía haber sacado, pero tranquilo porque a día de hoy eso no es una injusticia. Perder dos partidos a falta de pocos partidos significa estar en la calle. Hacía mucho que no perdía dos partidos seguidos».
«Firmé para salvar al Recre y luego hacer un buen proyecto»
Íñigo Vélez explicó que su vinculación con el club iba más allá del corto plazo: «Yo firmé para salvar al Recre y a la temporada siguiente hacer un buen proyecto. Yo con el presidente actual me llevé muy bien y le entiendo perfectamente. Yo creía que esos cinco partidos que quedaban podíamos sacarlos adelante porque estábamos a 2 o 3 puntos». Sin embargo, las directrices de los nuevos dueños marcaron su futuro: «Entró una nueva propiedad de sudamericanos. Yo entiendo que desde ahí solo ven que se ha perdido y no saben que estaba con cuatro bajas en defensa y que habíamos jugado con extremos para defender. Da igual, al final el fútbol son los resultados y se acabó».
La cara B del entorno recreativista
El preparador vasco también se refirió a todo lo que rodea al club más allá del césped: «Yo llegué con la directiva que iba a salir y me trataron fenomenal. Luego fue entrando la nueva, con el presidente actual, y había mucho ruido por fuera. Pero yo les decía a mis jugadores que no había excusas. Teníamos un estadio increíble, 10.000 personas cada fin de semana, una Ciudad Deportiva y cobrábamos al día».
Eso sí, reconoció que el contexto institucional y político influye en el día a día del Recreativo: «Se hablaba mucho de quién iba a llegar, que si Comas, que fue un presidente que tuvo que liar unas tracas… Y en el Recre el tema político también es importante. Cuando se gana, el presidente lo ponen ellos. En fin, un rollo. Todo lo de fuera de lo deportivo, un rollo».
Pese a todo, destaca el potencial del club: «En lo deportivo era increíble. Hablamos del Recreativo de Huelva, que se podían haber hecho muchas cosas muy bien. Pero en el fútbol hay muchos factores externos».
«El fútbol son resultados y se acabó»
Vélez recordó que tras su destitución, el equipo tampoco reaccionó: «De cinco partidos, cuando ya me fui, pierde tres y empata dos. Los números no son buenos. Era una situación complicada y pensaron que, con un revulsivo, que siempre es el entrenador, podía cambiarse. Es parte del negocio».
También hizo mención de cómo gestiona la presión externa: «Cuando entreno, redes sociales fuera, y se lo aconsejo a mis jugadores. Es una barbaridad lo que se escribe por ahí y afecta. En Huelva les dije a los jugadores que no me enteraba de nada. Como jugador entiendo que gusta leer que lo has hecho bien, pero el problema es cuando lees que lo has liado».
Una anécdota ilustra su filosofía: «Tuve en el Recre a un chaval joven que debutó conmigo. Luego me enteré de que creía que iba a jugar porque lo ponían en redes sociales de inicio… Y yo no le había dicho nada. Me quedé acojonado. Al final debutó y todo fue bien, pero demuestra hasta qué punto afectan las cosas de fuera».
Una voz serena, que con perspectiva repasa una etapa corta, pero intensa en el Decano. Íñigo Vélez se marchó sin ruido, pero con el convencimiento de que el reto era posible. El fútbol, sin embargo, no le esperó.
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