La incertidumbre se apodera del Recreativo y toda la Segunda B

Todo por decidir. Mientras que la RFEF va a exigir al Gobierno un plan común que sirva para sustentar el futuro de las competiciones del fútbol modesto, además de protección jurídica, y con ello evitar la suspensión de las competiciones hasta el próximo año, en el Recreativo se abren varias interrogantes de difícil respuesta si finalmente es inevitable retrasar la suspensión de la Segunda B hasta enero.

Así, la principal duda es que ocurrirán con los contratos firmados con los jugadores. El Decano tiene en la actualidad a 18 jugadores con contrato en vigor (a Jesús López se le rescindirá en breve). ¿Cómo afrontará el Decano el pago de sus nóminas en los siguientes meses sin fútbol? ¿Invitará la propia Federación a que se liberen contractualmente a esos jugadores?

Lo que parece claro es que la AFE ya ha remitido una nota en la que pide la profesionalización de todo el fútbol modesto y que se cumplan con los contratos firmados. No en vanos los futbolistas de categorías como Segunda B o Tercera tienen que afrontar los pagos de cualquier trabajador, los alquileres de sus pisos (algunos ya han adelantado la señal) y tienen que mantener a sus familias.

Mientras tanto, en el club decano ven difícil solución a esta problemática si se confirma la suspensión. O la RFEF y el CSD afrontan una solución global que pueda sostener económicamente a los clubes o será difícil sobrellevar el golpe económico que supondrá esta nueva ‘parada’ en el fútbol. La campaña de abonados del Recre difícilmente tendría justificación si no hay temporada hasta mínimo el mes de enero del 2021. Sin el principal sustento económico del Decano, la única solución viable sería la de entrar en un nuevo ERTE ante el bloqueo económico que llegara con la paralización de la temporada.

También preocupa los pagos programados que tiene el club que afrontar con respecto a Hacienda, Seguridad Social, convenio y otros. El club, como hiciera en el anterior Estado de Alarma, espera que impere la sensatez.

Otro problema de consideración sería como podría afectar el nuevo parón a la cantera. Jóvenes valores que viven años importantes en su desarrollo y que podrían acumular hasta ocho meses sin jugar partidos de competición. Que ocurría con los jugadores en su último año de sub-23 o en edad juvenil sería un tema a analizar, de cara a que la trayectoria de estos canteranos no se vea lastrada.