Surrealismo en los juzgados con la enésima reclamación al Recre

Felipe Cascajo reclama al club decano la factura con fecha de 9 de junio de 2016 por importe de 9.800 euros, en concepto de la parte del informe de auditoría (60%) que se realizó como parte intento de compra del Recreativo por parte de la mercantil Infotelwi. En el juicio, celebrado hoy en la capital onubense, la parte acusadora contó con la representación legal de Antonio Martín, consejero del Decano en dicha época, y acudió como testigo Pablo Comas, propietario por aquel entonces del club.

Vuelven noticias de reclamaciones en los juzgados, aunque en esta ocasión razón con el surrealismo más absoluto. ‘Ser Deportivos Huelva’ ha informado que en la temporada 2014/2015 el club, presidido por Pablo Comas, inició un proceso de venta a una mercantil onubense, Infotelwi, propiedad del empresario Felipe Cascajo. Dicha venta no se llevó a cabo, con declaraciones en mayo del 2016 del mismo Felipe Cascajo, a Antena Huelva Radio, en la que aseguró sentirse «desilusionado y destrozado tras estos acontecimientos. Nos retiramos de la compra porque llevamos ocho meses peleando y dejándonos la piel en este tema, para salvar la situación del Recre. Estamos aguantando engaños tras engaños, no nos enseñan las cuentas e incumplen un preacuerdo que llegamos a firmar. Este señor no nos puede tomar más el pelo. No estamos tratando con personas serias».

Seis años después, el propio Felipe Cascajo reclama al club decano la cantidad que abonó en dicho proceso de venta, a la hora de elaborar una auditoria de las cuentas del club. En concreto, 9.800 euros en concepto de la parte del informe de auditoría (60%) que se realizó como parte intento de compra del Recreativo por parte de la mercantil Infotelwi. Lo llamativo, según desveló Ser Huelva, es que para este juicio el empresario contó con la representación legal de Antonio Martín, el que fuera consejero del club decano en la época que ocurrió todo y además cuenta como testigo con Pablo Comas. Sin duda, una muestra de intenciones de lo que ocurrió en esos años.

Lo curioso es que en 2016 Cascajo aseguró de dicha auditoria que «se la entregaron a Pablo Comas y no sé por qué a mí no. Están dispuestos a que nosotros vayamos a una notaria para la venta de las acciones, pero sin saber qué deuda es la que tiene realmente el club. No me fío ni de la auditoria. Pero es normal, tratando con estas personas que sea un engaño, tras otro engaño y otro engaño. Lo que este señor lo que quiere es entorpecer a esta entidad (en junio de 2016 el club se salvó sobre la bocina gracias a su afición). A Pablo Comas no lo puedo llamar empresario».

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