Punto y final a la etapa de Carlos Hita en la gerencia del club

Tras siete años al frente de club decano, como gerente, consejero delegado y director general, en distintas etapas, se anunció el acuerdo para su desvinculación contractual. En una emotiva carta, en la que ha hablado de lo que le ha calado trabajar en un club como ‘el Recreh’, como se refieren sus hijas, explicó que «la importancia de este club no debe ser el fin deportivo. Su grandeza es el camino. Y de nada sirve sin que tengamos claro que lo importante es su esencia, su existencia».

Carlos Hita ya ha dejado de pertenecer al Recreativo de Huelva. Tras su dimisión como consejero hace unos días, también se ha alcanzado un acuerdo para su desvinculación como director general, garantizándose también el traspaso de poderes a nivel registral para las personas que ejerzan el cargo de apoderados en el consejo de administración. En una nota hecha pública hoy, el club ha agradecido «el trabajo realizado durante estos años tan complicados a nivel institucional y deportivo, así como su compromiso y dedicación para revertir la situación. Como no puede ser de otra manera, el Real Club Recreativo de Huelva le desea a Carlos Hita toda la suerte en sus futuros proyectos profesionales y personales».

Por su parte, el ya exdirigente albiazul, publicó una emotiva carta de despedida, donde explicó lo que ha supuesto para él estos años al frente del Decano, a nivel profesional y personal. A continuación la publicamos en su totalidad:

¡EL RECREH!

¿Papá, ya vas al RECRE? No sé cuantos cientos de veces habré escuchado esa frase de mis hijas, recreativistas de cuna, cuando su padre iba a trabajar. El RECRE. Ellas lo entienden como un todo, como el sitio al que su padre iba como una misión eterna en su vida. Lo que ahora habrá que explicarle es que eso tenía fecha de caducidad. Esa frase me hizo reflexionar sobre lo que para mí ha significado esa palabra: RECRE. Su historia, la del DECANO, se ha apoderado de mí de una manera robusta, sustentada en el estudio de su relato lleno de vida y por el que me ha permitido conocer a Huelva a través del resquicio de una entidad unida a una ciudad y a su provincia. Conocer la historia del club y a la vez conocer la evolución de un pueblo, me ha permitido empaparme de un sentimiento y, sobre todo, de unos porqués.

Mi imagen mental del RECRE no es abstracta, es profunda, llena de contenido, de razonamientos lógicos y de una extraña sensación de ser el principal vehículo de comunicación entre generaciones. A eso se le une un atractivo descomunal sobre el que fundamentar la enseñanza de un descubrimiento. El descubrimiento, otro, de un juego/deporte que vértebra, que une, que ilusiona, que arraiga y que identifica. Todo eso se logró en una tierra donde el tiempo colocó en el subsuelo la vasta historia de un territorio lleno de luz blanca y azul. Entiendo y comparto no ser protagonista para expresar de manera institucional lo que para mí ha sido esta etapa en el RECRE, pero eso no es óbice para dejar negro sobre blanco la experiencia de haber tocado en la orquesta del Titanic del RECRE, con la única diferencia que el barco ha llegado a buen puerto, al mejor puerto, salvos aunque no sé si muy sanos. Eso se ha conseguido junto con los compañeros de orquesta a los que nunca olvidaré y un capitán, el alcalde recreativista abonado 390, que haciendo honor a los generales napoleónicos fue capaz de no decir, ¡a por ellos!, sino que exclamó, ¡seguidme! Ha sido un honor seguirlo hasta donde hemos llegado. Confirmándose, una vez más, que la importancia de este club no debe ser el fin deportivo.

Su grandeza es el camino. Y de nada sirve sin que tengamos claro que lo importante es su esencia, su existencia. Hemos crecido en masa social, en volumen de negocio, en visibilidad, en madurez, en reputación corporativa, en materia económica y no hemos conseguido grandes hitos deportivos. Solo lo hemos devuelto con éxito en tiempo y forma -qué día el del 11 de junio de 2023 por Dios- a un sitio del que nunca debió salir, pero que quizás fue necesario pisar. Ese es el gran hecho diferencial que nos hace sentir orgullosos a los que hemos trabajado arduamente durante estos años. Logramos juntos Salir del Coma, hemos sentado las bases para reavivar nuestro legado quemado en no pocas etapas de nuestra existencia. Todo con el único fin de lograr que el escudo del RECRE sea el reflejo de una historia, de una tradición…

El epílogo de todo el trabajo realizado fue el de la organización de un partido -el del 11 de junio sí- en el que todo salió a la perfección, desde la limpieza del estadio, mantenimiento, ticketing, protocolo, seguridad y lo que llevábamos tiempo trabajando-y que pocos apostaban por ello-, lograr que Huelva le pusiera a toda la España futbolística el vello de punta cantando su precioso himno. Luego, futbolistas, cuerpo técnico y dirección deportiva, parte fundamental de esta familia creada, nos hicieron a todos inmensamente felices. Final soñado.

Pedir disculpas a todo el que por mi puesto de trabajo haya podido hacer daño. Ya saben los que me conocen: el club por encima de todo y de todos. Y eso deja daños colaterales. Agradecimiento eterno a los que me dieron la oportunidad de defender la entidad con pasión y profesionalidad en su 128,129, 130, 131, 132 y 133 años de vida. Ellos lo saben. Nombrar a todos sería muy arriesgado por aquello del olvido de alguno. Hasta siempre.

VIVA EL RECRE, VIVA HUELVA.

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